Archivo de la categoría: D. La unción del Espíritu Santo se recibe por la fe.

Así que el Espíritu Santo se recibe por la fe en el Señor Jesucristo, la fe es por el oír, y el oír, por la verdadera Palabra de Dios.

El Hombre que oye la Palabra de verdad del evangelio de la salvación recibe el Espíritu Santo de la promesa.

¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?

(Gálatas 3:1-2, 5) El Espíritu se recibe por la fe.
“1 !!Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? 2 Esto solo quiero saber de vosotros:
¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?
5 Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?”

(Tito 3:4-7) “4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, 5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, 7 para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.”

(Romanos 10:17) “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.”

(Hechos 2:41) “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados;”

(Efesios 1:13) “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación,
y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,”

(Efesios 4:4-5) “4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;
5 un Señor, una fe, un bautismo,”

(Marcos 16:15-16) “15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo;
mas el que no creyere, será condenado.”

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La Fe, según la Palabra de Dios es la evidencia de cosas no vistas.

(2 Corintios 5:7) “porque por fe andamos, no por vista;”

(Hebreos 11:1) “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

(Romanos 8:24-25) “24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo?
25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.”

De esta misma manera el bautismo de agua no es la manera de salvación, porque el agua física es visible. Tantas veces que uno quiera o sea bautizado por el agua, no puede ser salvo ni conocer los misterios de Dios, a menos que sea bautizado por el Espíritu Santo, con un bautismo que no es visible.

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Ningún hombre puede comprender las profundidades y los misterios de un Dios Eterno, ni Sus maravillosas obras para los hijos de los hombres, sino sólo por el Espíritu de Dios.
“nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo”

(1 Corintios 12:3) “Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.”